Con innovadoras golosinas de amaranto, los productores de Xochimilco buscan hacer frente a la globalización y colocarse en el mercado con calaveritas, fantasmas y calabazas elaboradas con este cereal.
Las familias de Santiago Tulyehualco conservan la herencia de sus abuelos del cultivo de amaranto en el cerro Teuhtli.
Con ingenio han renovado la receta original mezclando el cereal con chocolate para posteriormente decorarlo con forma de cráneos, pan de muerto, brujas, fantasmas o calabazas, comenta la artesana Jazmín Alexandra Magos Vera.
“Soy la tercera generación de productores. La globalización nos obliga a innovar tanto en diseños como en sabores, por lo que también incluímos a nuestros productos: yogurth, nueces, frutos y obleas” comenta la productora.
A través del perfil @ama-anto, la empresa familiar ha logrado abrirse camino en el mercado nacional. Desde Quintana Roo hasta Guadalajara han extendido sus ventas gracias a las redes sociales.