El Maestro Enrique Bátiz se encamina a cumplir 8 décadas de vida… una vida dedicada, desde los 5 años de edad, a su enorme pasión por la música.
En efecto, aún antes de comenzar sus estudios formales, ya se presentaba en público como pianista, causando admiración por su evidente talento y serenidad.
Aunque había tenido maestros particulares y asistido a un par de escuelas de prestigio, consolidó su preparación en la Julliard School of Music, donde estudió piano, dirección de orquesta y dirección coral.
Como ejecutante, Bátiz ha tenido también una importante trayectoria, pues, en Italia, fue finalista del Concurso de Piano Ferruccio Busoni, que se celebra en Bolzano, Italia, además de participar, en Varsovia, en el famoso Concurso Internacional de Piano Frédéric Chopin.
En octubre de 1969, hizo su debut como director de orquesta en el Palacio de Bellas Artes, al frente de la Orquesta Sinfónica de Xalapa… y, en abril de 1971, fue nombrado, por el entonces Gobernador del Estado de México, Profesor Carlos Hank González, Director-Fundador de la Orquesta Sinfónica del Estado de México. En una primera etapa, el Maestro Bátiz fue su Director General por 11 años. Y, en la segunda, se mantuvo en el pódium durante casi 29 años.
Enrique Bátiz ha dirigido más de 400 orquestas sinfónicas, de prácticamente todo el mundo, incluida la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, de la que fue titular durante más de seis años. Su obra está contenida en una colección de 162 grabaciones, la mayoría de las cuales se pueden escuchar a través de las plataformas electrónicas.
A lo largo de su carrera ha recibido importantes premios y distinciones, entre las que sobresale la Presea Sor Juana Inés de la Cruz, máximo galardón que otorga el Estado de México para el ámbito de las Artes y las Letras.
Como principio de las celebraciones por las 8 décadas de vida del Enrique Bátiz, se llevó a cabo un concierto en el que el Maestro dirigió la Serenata para cuerdas opus 48, de Tchaikovsky y, luego, se sentó al piano para acompañar a voces distinguidas de la Compañía Nacional de Ópera.
Se trató de un acontecimiento, pues el Alcázar del Castillo de Chapultepec se abrió por primera vez tras los picos de la pandemia y porque los invitados fueron los amigos personales de Enrique Bátiz y personajes de la vida social, política y cultural de México. Sólo fueron 70 personas las que tuvieron el privilegio de ver y escuchar al Maestro en un momento histórico para él y para nuestra música de concierto.
Entre quienes pudieron disfrutar del concierto, figuraron: el ex gobernador del Estado de México, César Camacho Quiroz; el ex gobernador de Hidalgo, Manuel Ángel Núñez, Francisco Cervantes, Presidente de la ConCamIn, la Sra. Marisela Hank Rhon, la abogada y compositora Amelia Guízar, el crítico musical Lázaro Azar, el promotor operático Miguel Hernández Bautista y el destacado empresario Heberto Guzmán, entre otros.
El propósito de la vida musical del Maestro Enrique Bátiz ha sido, siempre, el de buscar la excelencia. Como pianista y como Director de Orquesta se sometió a la máxima disciplina personal y, por lo tanto, jamás aceptó la indolencia ni la mediocridad. Esa exigencia, para sí mismo y para los instrumentistas a los que dirigía, le creo enemistades y generó “leyendas urbanas” imprecisas y exageradas. Pero al Maestro todo eso lo tuvo sin cuidado, pues ha vivido para hacer Buena Música y la seguirá haciendo hasta que el destino le ponga su punto final.